viernes, 9 de noviembre de 2007

Travis prometió volver

Las dos horas que duró la única y primera visita de la banda escocesa Travis la noche de ayer a Guadalajara fue y será, sin duda, memorable como el mismo líder y vocalista Fran Healy lo deseó casi al final de su concierto.

El sobrio Foro de la Expo Guadalajara se convirtió en un gran convite no sólo para los tres mil 300 jóvenes que asistieron a lo que formó parte de la gira "The boy with no name Tour 2007", pues hasta los que decidieron fingir ser transeúntes y escuchar gratis el concierto de 26 canciones desde la barda que limita al foro con la calle, recibieron todo el tiempo saludos y dedicaciones de parte de Healy.

De principio a fin, la noche fue divertida para Travis. Además de Healy, el resto de los integrantes: Andrew Dunlop en la guitarra y banjo; Neil Primrose en la batería y Douglas Payne en el bajo, salieron al escenario a las 21:20 horas, luego de que el grupo tapatío The Seamus abriera con "Thank you", "No ones land", "Sunny day", entre otras.

La aparición de Travis hizo sentir a todos como en una función de cine a punto de comenzar, pues reflectores como los que iluminan el logo de la 21 Century Fox, pasaban sobre las cabezas del eufórico público y los instrumentos de la banda. Luego sonó "Fly away now" y con batas de boxeador salieron saltando entre la oscuridad.

Con la variación de las melodiosas y ligeras rolas de la más reciente producción "The boy with no name", el escenario le quedó corto a Travis para saltar y saludar con enormes sonrisas a su público cuando interpretaron "Selfish Jean".

Sin dar paso a nada siguieron temas variados de sus distintas producciones, como "Eyes wide open", "U16 girls" y "Writing to reach you".

Healy y Andrew Dunlop fueron los más interactivos con el público que coreaba y alzaba los brazos sin descansar, hasta donde Dunlop se lanzó justo con el tema "con el que hicimos por primera vez el amor... musicalmente" explicó Healy, tras la bulla de la gente y las sonrisas incrédulas de Douglas. Era "All I want to do is rock". Dunlop dejó de sacudir su cabeza mientras interpretaba a su guitarra para lanzarse con el público que se amontonó para tocar si quiera con la punta de los dedos algo de él.

Los momentos clave eran muchos, uno de ellos quizás cuando aparecieron "My eyes" inspirada en el hijo de Healy, según dijo; o con "Side" del álbum "The invisible band"; incluso creció más el decibel de gargantas con el nuevo "Closer" o cuando el banjo dejó de posar para resaltar el toque céltico del rock de Travis en "Sing". Pero el mejor de ellos fue reservado para poner el punto final con el último bis "Why does it always rain on me". "Son fabulosos, el mejor público del mundo. Vamos a volver pronto, lo prometo" agradecía Fran.


Fuente: El Occidental

sábado, 3 de noviembre de 2007

TRAVIS: ''No inventamos a Coldplay''

Lejos de la imagen de rockstars descontrolados y reventados, los integrantes de Travis se asemejan más a cuatro tipos comunes y corrientes que hacen música. En este caso, las apariencias no engañan: deambulan por la sala de reuniones, se sirven café, charlan y se ríen entre ellos, sugiriendo que el divismo glamouroso que caracteriza a algunas estrellas no es para ellos.

El cuarteto escocés aterrizó por primera vez en la Argentina para presentar su flamante The boy with no name, en el marco del festival Yeah! junto a The Killers y Starsailor. De Londres, acentos y demás cuestiones comenzamos a charlar con Dougie Payne (bajista) y Neil Primrose (baterista) quienes –de excelente humor- recibieron a 10Música. Inmediatamente, se transportaron a los los inicios del grupo, cuando decidieron mudarse de su Glasgow natal a la imponente Londres, en busca de un mejor futuro.

Dougie Payne: Nos mudamos a Londres en 1996 y empezamos viviendo todos en la misma casa. Teníamos como una “mini Glasgow” en el medio de Londres. La verdad es que fue un muy buen año, ensayábamos y tocábamos todo el tiempo.

Neil Primrose: Era como un trabajo normal: ensayábamos todo el día y a la noche hacíamos algo de comer, mirábamos algo en la TV.

¿Y se llevaron bien mientras convivían?

Dougie: Bastante bien. Yo por ejemplo era muy prolijo pero el resto no tanto así que me fui contagiando, me fui acostumbrando a vivir un poco en el caos.

Neil: Si, el resto éramos un poco lo contrario. Pero éramos una familia bastante responsable en todo lo demás.

¿Y como se llevaban a la hora de componer? ¿Eran prolijos?

Neil: Bueno, era otro tipo de prolijidad y fuimos aprendiendo cosas a partir de la experimentación y del trabajo de muchos años juntos. Quizá no éramos prolijos en el sentido tradicional del término pero si sabíamos cuando algo nos gustaba, cuando algo encajaba o funcionaba. Pero también nos pasó que cuando trabajamos con Brian Eno la dinámica fue muy diferente. Trabajamos sacando muchos sonidos al azar y eso también estuvo bueno.

Dougie: Creo que la mejor parte del proceso creativo es ir organizando todo desde el caos total. Te sentás en el estudio y todo es un lío pero empezás a trabajar con esos pequeños envases que concentran la música que estuviste haciendo y de repente las cosas van encontrando su lugar, sentís como todo empieza a juntarse de forma adecuada.

Además de Brian Eno trabajaron con productores de renombre como Nigel Godrich y Steve Lillywhite, ¿les resultó sencillo mantener su esencia musical trabajando con personalidades tan fuertes?

Neil: Creo con nuestros diferentes productores siempre pudimos mantener la relación a un nivel de amistad. La sinergia musical llegaba después y era una dinámica de ida y vuelta. Trabajamos sobre lo que la banda tenía para ofrecer y la tarea del productor en nuestro caso fue llevarnos por diferentes caminos pero usando siempre la misma materia prima, la de la banda.

Dougie: Si, creo que eso fue algo crucial. Siempre la idea fue mantener las relaciones personales en primer lugar y que lo principal de todo sea la amistad más que el trabajo o los negocios. Y creo que esa es la clave del éxito de toda gran banda y aquello que garantiza que cada una de ellas pueda hacer algo realmente único. Con respecto a los productores siempre nos inclinamos a buscar gente con la que haya una relación de por medio y es algo que nos pasa a nosotros: después de más de diecisiete de ser amigos y doce de tocar juntos logramos sentirnos muy cómodos el uno con el otro y creemos que eso es algo muy importante a la hora de hacer música.

¿Por qué tardaron tanto en llegar a Sudamérica? Hace más de una década que vienen haciendo música...

Dougie: Si, nos tomó bastante tiempo llegar hasta acá, no se porque, pero estamos muy contentos de haberlo hecho finalmente. Lo que pasa muchas veces es que con el trajín de las giras estás subiéndote de micros a aviones todo el tiempo y llega el final y terminas agotadísimo. Recién ahí te ponés a pensar en aquellos lugares a los que no fuiste. Uno trata de pasar por todos lados pero algunos se escapan.

¿Como sintieron la recepción de The boy with no name en los shows que hicieron hasta ahora?

Neil: Creo que fue la mejor hasta ahora. La recepción del vivo ante las canciones fue genial. O sea, siempre fue muy buena pero se nota que a la gente le gustó mucho el último álbum.

12 memories es un disco más rockero mientras que en The boy with no name regresan a la formula clásica de Travis que combina melancolía y baladas. ¿Fue algo intencional?

Dougie: Bueno, si bien aquí no está esa impronta rockera que había en el anterior, The boy with no name tiene algunas canciones bastante subidas de tono, muy rítmicas como “Selfish jean”. Es un disco muy pop pero tiene un poco de todo. Y definitivamente es bastante mas optimista que 12 memories, cuya atmósfera era muy densa, heavy. Aquí hay una ligereza más pop.

¿Qué les genera el éxito de bandas como Coldplay y Keane, bandas que tienen a Travis como una de sus más grandes influencias?

Dougie: Es raro, viste que hay una frase que dice “la imitación es la forma mas grande de adulación” (Risas). No, honestamente, creo está bueno. En Gran Bretaña la gente dice que Travis inventó a Coldplay pero no es cierto. Creamos un espacio en las compañías discográficas para que muchas bandas hagan lo mismo porque tras el éxito de The man who ellos se dieron cuenta que podían vender millones de discos. Coldplay hace lo suyo, The Killers y Snow Patrol también. Es genial que la gente nos nombre como influencia pero cada banda tiene su estilo y su sonido y todo es mérito de ellos.

Después de vender millones de discos y haber creado varios hits, ¿qué más les queda por lograr?

Neil: Más de lo mismo (risas). Poder hacer música y seguir tocándola y mejorar día a día porque es algo que nos brinda muchísima satisfacción. Cambiar y hacer otra cosa no es algo que nos parezca muy tentador.

Dougie: Nos íbamos a ir de gira en diciembre pero la suspendimos porque queremos meternos directo en el estudio para hacer un disco nuevo. Nuestra intención es hacer un disco que capte la energía del vivo. Algo más heavy, más rockero. Tenemos esa tendencia a pulir nuestro sonido cuando estamos en el estudio para que nos quede música muy bella pero esta vez queremos hacer algo diferente.

Fuente: 10Musica.com